Martha Patricia Gomez Martinez

Cuando yo era pequeña rescataba palomas y pajaritos silvestres, los cuidaba hasta que mejoraban para después liberarlos. Mi primer gato lo adopté hace más de 25 años, desde entonces he adoptado y cuidado de gatos, perros, tortugas, loros, canarios y peces beta. Enseñé a mis hijas a amar y a ser empáticas con los animales. Muchas veces tuvimos que salir de vacaciones y nos enfrentamos al hecho de no tener un lugar de confianza para dejar a nuestras mascotas. En ocasiones los encargamos con un familiar que no era amante de los animales, otras veces en una pensión dónde los mantenían en una jaula, aunque los sacaban a pasear varias veces al día. Pero siempre nos quedamos con la inquietud de que se la pasarían mal. Es por esa razón que me animé a ofrecerme como cuidador y asegurarme de que nadie que tenga que dejar encargado a su amigo peludo se vaya tranquilo a sus vacaciones o viaje de negocios. La zona en donde vivo es muy tranquila, el transito es bajo, en su mayoría local y algunos vehículos de servicios y repartidores. A cuatro calles queda un parque en dónde muchos vecinos llevan a pasear y socializar a sus mascotas. Es un lugar limpio y con seguridad. Dentro de la casa contamos con espacio suficiente para que los peludos puedan descansar o jugar, ya sea en la sala o en el patio trasero así como en el garage. A nuestros peludos les permitimos subir a los sillones de la sala, aunque no pueden subir a las recámaras. Diariamente hacemos la limpieza de todas las áreas de la casa; barremos y trapeamos con desinfectante adecuado para mascotas para asegurarnos de que los peludos tengan una buena salud. Los peludos que se hospeden con nosotros se la pasaran muy bien, tal como si estuvieran en su casa.